El Plan de Desconexión Digital busca garantizar el derecho de las personas trabajadoras a no estar conectadas fuera de su jornada laboral, protegiendo su descanso, su intimidad y su conciliación familiar.
La normativa obliga a las empresas a adoptar medidas que eviten la fatiga tecnológica y regulen el uso de dispositivos electrónicos, mensajería y correo corporativo fuera del horario laboral.
Un plan eficaz incluye políticas claras sobre horarios de conexión, uso de correos y mensajería, y medidas de sensibilización sobre el impacto del exceso de disponibilidad.
También debe contemplar acciones de formación, así como protocolos específicos para el teletrabajo y las guardias, garantizando un equilibrio entre productividad y bienestar.